sábado, 6 de junio de 2015

No indulten la violencia

Dos caras de una situación de contingencia nacional.
Por una parte tenemos una lluvia de imágenes de personal de carabineros haciendo uso y abuso del poder que se les ha asignado. Agresiones gratuitas, fuerza desmedida, manifestantes en estado de coma, una suerte de SS verde que no se contenta sólo con mantener el orden dentro de las
manifestaciones, sino que, además de cumplir con su deber, tratan de
implementar una jerarquía del terror por sobre civiles.
Por el otro lado, vemos una juventud enardecida y rebosante de una rabia
que no sabe encausar. Causando lesiones graves en personal de carabineros. Odio sin fundamento hacia la figura del mismo. Olvidando que el uniformado sólo está haciendo su trabajo, olvidando también la familia que hay detrás de éste, como si fuera una persona desechable, vierten toda su
ira contra el carabinero, todo lo que éste simboliza, y los que vinieron
antes de él.

Como bien dijera el Nobel de literatura Hermann Hesse “Hay millones de facetas de la verdad, pero una sola verdad”.

Olvidando ésta máxima y sin ánimos de lograr una comunión entre ambas realidades, nuestra sociedad se ha polarizado.

No es difícil entonces toparse en las redes sociales con publicaciones de
odio. Los simpatizantes de la institución suben fotos de encapuchados golpeando a carabineros, y justificando de esta forma el actuar de los uniformados a la hora de maltratar a los manifestantes a modo de castigo
ejemplar. No sé qué criterio usarán estas personas, pero no me considero un defensor de los métodos medievales de justicia.

La sociedad está enferma. Y en su enfermedad cree que la violencia de ida puede justificar la violencia de vuelta y viceversa. Todo depende de el punto desde donde se le mire. Pero este razonamiento cavernícola sólo demuestra que no estamos tratando de combatir la violencia, sino, de estar del "lado correcto" de ella.

Como si los crímenes de uno o varios manifestantes contra carabineros pudiera justificar la alevosía de los golpes inescrupulosos hacia la masa.
O como si los abusos de algunos miembros de la institución les diera alguna amnistía moral a los civiles para poder agredir a un uniformado.

Casi haciéndole barra al círculo vicioso de la violencia, el odio y el resentimiento, y cumpliendo su papel de combustible, está la información desvergonzadamente manipulada de los medios. Nos obliga a polarizarnos, noticias como un carabinero realizando rcp a manifestante o miembros uniformados recolectando ropa en buen estado para personas necesitadas son olvidadas por su falta de morbo. Presentan las manifestaciones como actos futiles de ocio que fomentan el bandalismo como si siempre hubiesen existido las condiciones que tenemos, olvidando que sin manifestaciones no tendríamos vacaciones, un sueldo mínimo, leyes sociales, días administrativos, pre y postnatal, fuero maternal, la lista suma y sigue. Todo éste esfuerzo para alimentar el odio de la contraparte y que cada una se aleje mucho más de la objetividad y de la tolerancia.

Si éste es su caso, haría bien en preguntarse si el odio que siente hacia el "enemigo" es enrealidad fruto de su raciocinio o si sólo es un odio plástico implantado por los medios...

Recuerdo entonces a  George Orwell pregonando "lo importante no es mantenerse vivo sino mantenerse humano". En vez de comernos vivos apoyando la violencia de una parte mientras criticamos la de la otra, deberíamos sencillamente cuestionar todo tipo de violencia. Quizás de esa forma la ley de oferta/demanda de apiade de nosotros, o sencillamente esos valores trasciendan en generaciones y en algún punto dejemos de ser perros humanoides ladrándonos y ostentando ser "civilizados" y lleguemos a ser seres humanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario